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Pocos días después de realizar nuestra jornada TEMPA 2014 (TRASMISIÓN DE EXPERIENCIA MEDICA PRIVADA PARA ALUMNOS DE MEDICINA) publicaron un artículo en un periódico de tirada nacional acerca la práctica médica, sobre el ejercicio de nuestra profesión. Era bastante completo y verídico pero, para los profesionales vocacionales como yo o mis compañeros con los que lo comenté, algo desilusionante.
En él se alertaba de la pérdida de valoración social que está sufriendo el personal médico,de la precariedad en nuestro sector provocada por los recortes, la presión de las aseguradoras en el sector privado…lo que todos ya sabemos.
El artículo hablaba de la poca planificación “realista” para poder incorporar a los futuros médicos en el sistema sanitario estatal. En realidad el sistema educativo oferta un número de plazas, tanto para medicina como para las especialidades, mucho más alto del que realmente se necesitan o se requieren. Esto obliga a los médicos a acceder a puestos de trabajo precarios mientras se nos da como solución viajar al extranjero con la intención de encontrar algo mejor. Pero los pacientes españoles necesitan a sus médicos, que son de una altísima cualificación y humanidad.
Me llamó la atención la falta de conexión entre el sistema educativo y el futuro profesional. Me pregunto si los estudiantes, con el largo camino que les queda, conocen la realidad de lo que será su profesión. Como en casi todo en la vida, lo peor,la insatisfacción y la infelicidad, es no cumplir nuestras expectativas.
Y esto, que yo ya había reflexionado tiempo atrás, fue lo que me motivó realmente a crear unas Jornadas para la Transmisión de la Experiencia Médica Privada para Alumnos como TEMPA. Pensaba en algunos compañeros de profesión que tuvieron que emigrar o que siguen en puestos precarios después de muchos años de duro trabajo y estudio. Considero que los alumnos de medicina deben de tener una panorámica realista de cuál es el estado de la profesión antes de elegir su especialidad. Y por supuesto siempre de primera mano, es decir, de las personas que ya hemos pasado por eso, que estamos en el sector y entendemos qué necesidades y deseos tiene un estudiante de medicina que se encuentra en sus últimos años de facultad.
Además estando de esta forma el panorama, viendo que la sanidad pública no puede o podrá absorber el talento de los futuros médicos, considero que la sanidad privada tiene que intentar hacer su parte y no quedarse de brazos cruzados mientras tantísimo talento, marchan en busca de un futuro mejor. Toda mi generación veía la sanidad pública como único camino, sin embargo hoy el 25% de las operaciones que se realizan en España se realizan en hospitales privados. Yo hubiese querido que alguien me diese este dato cuando estudié.
Reconozco que soy una privilegiada porque puedo practicar mi profesión en mi tierra aunque ha sido a base de tesón y esfuerzo. Además trabajar en la medicina privada me permite disfrutar del trato con los pacientes, que es lo que quiere un médico, los cuido y aconsejo, y ademas tengo una economía que me permite dar seguridad y calidad a mi familia, lo cual es totalmente lícito.
Fue sorprendente la participación de los alumnos, ávidos de atención y de consejos, y más aún su desconocimiento de este posible camino, que describiría como una autopista con cuestas acentuadas, sin poder parar a veces en restaurantes o campos verdes para descansar….pero una autopista al fin y al cabo, cómoda y segura.
Todos los que participamos, trasmitimos MUCHO ESFUERZO, pero con ILUSIÓN y mucha SATISFACCIÓN. Es lo que yo querría para mis hijas, se dediquen a lo que se dediquen.
TEMPA intenta ser un puente entre los estudiantes y los profesionales de la medicina. Un encuentro cercano en el que el diálogo reine marcado por las dudas y las experiencias. Considero que la práctica médica privada debe hablar por sí misma y mostrarse tal y como es a los futuros médicos. Hay muchas ideas equivocadas en torno a la medicina privada en este país, tanto entre los usuario como entre los profesionales. Considero que es simplemente una opción más, igual de buena y de válida.
Una cosa está muy clara, la vocación es quizás una de las cosas que más caracterizan a la medicina en todas sus facetas. Como decía el artículo ya citado, ni las condiciones laborales, ni los salarios, ni la popularidad de esta profesión son las que deberían ser, sin embargo se sigue estudiando y practicando la medicina cada vez más, es algo que se lleva dentro. Si hablais con cualquier estudiante os daréis cuenta, no quieren nada, solo practicar la medicina. Pero luego la vida y la madurez nos enseña que es necesaria una recompensa para seguir caminando: emocional, formativa y de crecimiento personal, económica…
Pero no podemos olvidar que la mayor satisfacción que aporta nuestra profesión son los pacientes. Tratar a los pacientes con inteligencia y sabiduría, aplicando la experiencia profesional y los conocimientos adquiridos sin dejar de lado la empatía y la comprensión emocional son una base fundamental que debe tener cualquier médico. De igual modo debemos proteger y cuidar nuestra profesión.
Hay que tratar tanto a nuestros pacientes como a nuestra profesión “con cabeza y corazón”.
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