Hoy he ido a dar una clase a la Facultad de Medicina de Sevilla, como hago desde hace 5 años ya, me encomendaron la difícil tarea de mostrarles a los alumnos una visión realista y positiva de la sanidad privada.
Me encanta hacerlo, porque durante el tiempo que preparo la ponencia y sobre todo, el rato que estoy allí con ellos, vuelvo a ser la estudiante de medicina que fui y llevo en mi interior. Reaparece en el presente la vocación, la ilusión, e incluso diría que desaparecen los malos ratos que he vivido estos 15 años.
Creo que me aporta una energía extra para continuar haciendo mi trabajo con entrega, así que, ojalá consiguiera trasmitir el mensaje que llevaba a los estudiantes, ellos si me transmitieron esta vocación auténtica y desintoxicada que poseen otro año más.
Esa misma mañana habían tenido la clase dedicada a la sanidad pública, nuestro trabajo es enseñarles tanto ésta como la sanidad privada para que vayan examinando y escogiendo.
Sabiendo que eran estudiantes jóvenes y vocacionales, no pretendía guiarlos hacia esta salida profesional, porque creo que todavía su camino está en estudiar, aprender y formarse en la sanidad pública. Creer y luchar para que todos los pacientes puedan ser tratados en nuestra sanidad, que creo es el deseo de un médico, simplemente me toca enseñarles esta otra posibilidad de salida profesional, es una realidad que deben conocer.
Les explico que los compañeros que trabajamos en la sanidad privada tenemos vocación y ética, que este camino tiene limitaciones y beneficios. Me gusta hacerlo y lo hago desde la convicción y circunstancias que me han llevado a mí misma a ejercer mi profesión y como la realizo. Aunque soy sólo una pequeña muestra, ellos verán que son muchos los compañeros que por distintos motivos estamos ofreciendo a los pacientes nuestra formación y preparación.
El concepto con el que quise resumir toda la clase fue RESPETO, tanto entre nosotros los médicos que tenemos distintos caminos para el ejercicio de nuestra profesión, como hacia los enfermos que toman una vía u otra para tratarse.
También les hable de alternativas, ya que creo debemos coexistir, de patologías, de coberturas, de protocolos, de economía.
Ni que decir tiene que como especialista en cirugía estética, comenté esta necesaria rama de la medicina, desconocida para ellos, les mostré con imágenes y explicaciones la práctica médica y quirúrgica de la misma y por supuesto mi día a día, nuestra labor como médicos y cirujanos (no como realizadores de maniquíes), de nuevo aparece la palabra “respeto” hacia los especialistas que la ejercemos y aquí introduje algo que debemos desayunar cada mañana, la “empatía”, hacia el paciente que la demanda y necesita.
El tema es polémico, a la vez que importantísimo. Concepto de salud, los límites de la sanidad pública, legislación, protocolos y ejercicio en la sanidad privada… pero fue sólo una hora con estudiantes jóvenes, así que decidí decirles que es una posibilidad para ejercer su vocación.